Hace algunos días, Julian Assange, el famoso fundador de Wikileaks, dijo en un discurso que Carrier IQ es sólo la punta del iceberg y que prácticamente todos los smartphones pueden ser hackeados a distancia fácilmente. Alerta a nivel mundial.

Carrier IQ está en boca de toda la comunidad Androide. Ya hemos hablado bastante de esta grave vulnerabilidad que ha sido descubierta en una gran cantidad de dispositivos Android, la cual viene preinstalada en los teléfonos, recopila información del usuario y luego la envía de vuelta a las compañías. Sin embargo, el problema podría ser mucho más grave de lo que se creía. Según el fundador de Wikileaks, Julian Assange, Carrier IQ es sólo la punta del iceberg, ya que la mayoría de los smartphones pueden ser hackeados a distancia «con facilidad».

En un discurso reciente, Assange declaró sin rodeos que cualquier persona con un iPhone, BlackBerry o cuenta de Gmail estaba «en problemas». Aunque Assange no mencionó por su nombre a Android en su discurso de presentación, se hace referencia a nuestro sistema operativo favorito en algunos informes de Wikileaks.

Tras la publicación de «Los archivos espía» (The Spy Files), un cache de 287 documentos que detallan «la realidad de la industria de los medios de vigilancia internacional» que abarca 25 países, Assange explicó que más de 150 organizaciones son capaces de controlar de forma remota todos los aspectos de un smartphone, incluyendo la lectura de mensajes, el envío de mensajes «falsos», ver el historial de navegación, lectura de correos electrónicos y seguimiento de llamadas telefónicas. Estas organizaciones privadas podrían vender la información al por mayor a los gobiernos y otros socios.

Según los documentos publicados, el software de espionaje se desarrolló principalmente en los Estados Unidos, Australia, Canadá y el Reino Unido. Éste último es conocido por su control de Internet de mano dura y otras prácticas de vigilancia. Sin embargo, lo preocupante es que, de acuerdo con Wikileaks, la tecnología puede haber sido vendida a varios regímenes dictatoriales en el norte de África y Medio Oriente. Bahrein ha sido identificado como un receptor de la tecnología, utilizándola para hacer un seguimiento de activistas de derechos humanos.

La conspiración es claramente global, con empresas de Francia, EE.UU., Italia, y la República Checa desarrollando malware que pueden secuestrar los smartphones y «registrar cada uno de sus usos, movimientos, e incluso las vistas y sonidos de la habitación donde nos encontramos».

Realmente esto da miedo. Assange además señala que la interceptación de estos datos llevará a la sociedad a un «estado de vigilancia total». Al parecer ningún SO es totalmente seguro después de todo…

Via: AP

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