Desde luego los intereses mandan y es que Samsung podría meterse en la guerra que más le interesa, la memoria.
Y no lo haría con cualquier cosa, los coreanos podrían poner en el mercado una variante del próximo Galaxy S8 con 256GB de almacenamiento interno y 6GB de RAM. Todo un monstruo de contener datos que sería el modelo más alto del próximo flagship de la marca.
¿Por qué le interesa tanto esta guerra a Samsung?
Imaginad el escenario. Tú fabricas y vendes un producto de gran consumo y puedes contribuir a generar más necesidad entrando en una guerra que siempre vas a ganar.
Algo así le sucede a la marca coreana. Nada menos que 7 de cada 10 smartphones en el mundo montan sus memorias tanto RAM como almacenamiento interno. Unas cifras escalofriantes si nos paramos a pensar la cantidad de terminales distribuidos anualmente.
Obviamente siempre vas a ganar. Quizá no tanto en cuanto a ser el modelo que más memoria incluye, pero desde luego económicamente te vas a beneficiar de la competencia mientras se matan entre ellos por ver quién tiene más.
Pero la cosa no queda aquí, sino que al trabajar en almacenamientos internos compatibles con medios externos, Samsung sopla su propia vela para impulsar el consumo de tarjetas de memoria, otro de los negocios en los que a los coreanos les va viento en popa.
Pudiendo ganar más, ¿por qué no entrar? y esto mismo estaría pensando el fabricante cuando no está siendo de los que más memoria RAM incluyen, aunque sí los que fomentan aumentar la cantidad de memoria de entrada en un smartphone.
Una estrategia de ventas más
Será necesaria o no, sin duda es algo de lo que llenarse la boca cuando hablamos de nuestro smartphone. Ellos lo saben y se aprovechan de ello, que sin duda alguna se le dará uso, únicamente es debatible si existe una necesidad y si va a aportar lo suficiente como para incluirla.