Pese al desastre de lo sucedido con el Galaxy Note 7, hoy Samsung trae buenas noticias en forma de cifras de resultados.

Samsung presenta hoy sus datos financieros y reflejan unas cifras muy sanas a pesar del entuerto del pasado 2016.

Las cifras concretas hablan de unos ingresos brutos de 53,33 billones de wons (unos 42.600 millones de euros) con un beneficio neto de 9,22 millones de wons (7.365 millones de euros).

Note 7

Hay dos grandes precursores responsables de haber podido alcanzar este nivel de ingresos. Hablamos de la división de pantallas (Samsung Display) y la división de semiconductores (Samsung Electronics).

Si comparamos las cifras de ambas divisiones el año pasado, obtenemos un aumento del 1,8% y 50% respectivamente. Hay que hacer especial mención de la factoría de semiconductores, que obtiene un aumento enorme como se puede ver.

El incremento de la demanda en cuanto a componentes de almacenamiento SSD podría tener mucho que ver. Cada día son más los fabricantes que necesitan hacer uso de memorias tipo NAND, y Samsung es el principal fabricante.

La hegemonía impuesta de los paneles OLED frente a los LCD es otro de los factores determinantes. Samsung Display fabrica el 98% de los paneles OLED del mercado, una cifra más que importante.

Salvando los muebles del efecto Galaxy Note 7

Los nuevos resultados meten bajo la alfombra el polvo del pasado, qué duda cabe. Eso sí, muchos peces gordos de Samsung estarán tirándose de los pelos si se les ha ocurrido coger la calculadora.

Y es que Samsung, de haber completado con éxito el lanzamiento del Galaxy Note 7, habría cerrado un año glorioso en el que podrían haber obtenido ingresos por encima incluso de Apple (estimado).

Este suceso es solo un arreglo a un gran agujero, y es este año donde empezaremos a ver realmente los efectos. Las ventas del nuevo S8 por cada trimestre del año será quien dibuje la flecha que Samsung seguirá. La confianza de los usuarios es vital para tener el éxito que buscan.