La decisión de dónde comprar nuestro smartphone es siempre complicada, y tendemos a equivocarnos de forma habitual. Es normal buscar el mejor precio y poner en una balanza precio y garantía pero, ¿merece la pena?

Ya os puedo adelantar la respuesta, NO. Algunas operadoras de telefonía ofrecen un pequeño descuento si obtenemos el terminal a través de su programa de renovación por ser cliente, pero esto puede salir muy caro con el tiempo.

Son muchas las historias y casos que podéis escuchar, pero os puedo contar la mía vivida de primera mano.

Hace un tiempo decidí adquirir un iPhone 6s Plus 64Gb para mi mujer de segunda mano, ya que me parece un smartphone muy adecuado para que no tiene intención de complicarse demasiado y aun le queda mucha vida por delante.

Finalmente, terminé con una unidad procedente de Vodafone, con 7 meses de garantía en vigor y a priori todo OK.

Al paso de los días, parece que el auricular no funciona correctamente, ya que las llamadas se escuchan demasiado bajo. Tras pasar por mis manos y efectuar algunas pruebas, todos las sospechas apuntaban a que debía visitar el servicio técnico.

Armado con la factura y buenas intenciones, acudimos a dejar el terminal en la tienda más cercana de la operadora. Debido a que el terminal fue adquirido a través de la tienda, el segundo año de garantía debe tramitarlo Vodafone.

Aunque el smartphone sea ahora nuestro, su dueño podría recuperarlo

La primera «pega» que nos encontramos, es que no les importa que se haya adquirido de segunda mano, sino que la factura no viene a nombre de quien presenta a garantía el terminal.

Tanto es así, que los avisos de la reparación le llegan al usuario de la línea que obtuvo el terminal. Esto supone un riesgo que conlleva la posibilidad de que te robe el terminal de forma impune, ya que podría recogerlo en la tienda tranquilamente.

Salvado ese dato, acceden a tramitar la garantía si no conlleva costes de reparación. Supuestamente se envía a Apple, pero finalmente os adelanto que no es así.

El SAT que venden como Apple, pero ni se le parece

El terminal visitó previamente un SAT autorizado Apple donde aceptaron una sustitución por nuevo. El inconveniente es que las nuevas políticas prohiben la tramitación de garantía de operadoras por parte de los servicios autorizados.

Con la respuesta de Apple en la mano con la autorización, Vodafone rechaza la reparación en garantía por un ligero golpe en la zona del altavoz.

Si alguno de vosotros conoce la política de Apple, sabe sobradamente que jamás utilizaría ese argumento como excusa para no sustituir un terminal. Además, poco tiene que ver el auricular de llamadas con el altavoz.

Cuando obtenemos el informe, en ningún momento procede de Apple. Los dependientes afirman que es Apple quien hace las reparaciones, pero el informe proviene de un SAT subcontratado, no de la marca.

Además, lo que en un SAT igual de NO oficial nos costó 35€ con una reparación impecable, nos pedían 292€, a sabiendas de que por ese precio y aportando el terminal estropeado, un SAT autorizado te devuelve uno nuevo.

¿Cuál es la moraleja de la historia? sencillamente que por ahorrar unos pocos euros, estamos perdiendo calidad de garantía a raudales. El servicio de atención al cliente es tan lamentable que incluso prefieres buscar una alternativa.